jueves, 18 de diciembre de 2014

Muñeca rota.




 
Algunas veces me he preguntado con es la edad apropiada para entrar en el BDSM en general y más concretamente en la sumisión. Seguramente la respuesta es que no hay una edad y que todo depende de las circunstancias de cada uno, pero este mundo de misterio, glamur y excitación pasa factura, sobre todo mental. No se vuelve a ser la misma después de haber “pertenecido “   de haber sido “un objeto” de haber recorrido los caminos de la aventura, la magia, lo oculto, el placer, pero también los del miedo, la duda, la humillación, la anulación y el dolor.
 

Por eso me pregunto si es bueno que entre en la sumisión una chica muy joven, si no sería preferible que continuase su vida vainilla y q experimentase el BDSM mas tarde. La droga del BDSM te transforma y ya no hay vuelta atrás.
 
 

Fuimos a una fiesta. Ella era una cría de nos mas de 20 años. Alta, rubia, delgada una muñeca de aspecto frágil. El alrededor de los 50. Atractivo, duro. Luego me entere que ambos eran rusos. 

Ella estaba encantada como una niña con un disfraz. Sus tacones su lencería, orgullosa de mostrar su cuerpo, sus tatuajes. El  satisfecho de ver el efecto que su propiedad causaba en otros hombres, frio, distante ni una sola concesión a la ternura.
 

Ella alegre, sonriente, curiosa. Sin ningún síntoma de miedo o desconfianza, al contrario de la mayoría del resto de sumisas que estábamos en la fiesta. Se sentía bien entre aquellas hermanas mayores a las que sonreía y miraba con complicidad.

Luego la vi atada a una polea. Ojos vendados brazos tensos en alto sujetos por la cuerda de la polea. Los tacones en el límite de un difícil equilibrio. Una fusta entre sus dientes. Abandonada allí por su Amo que la observaba de lejos mientras charlaba con un grupo.
 

La mayoría de los Amos y parejas pasaban a su lado y solo la miraban sin atreverse a más. A veces algún Amo se acercaba y la sobaba. Ella apenas se movía. Uno de los del grupo de su Amo fue directo hacia ella, le quito la fusta de la boca y la uso con contundencia en sus nalgas. La reacción de ella indicaba que no estaba acostumbrada a eso. Se movía e intentaba inútilmente alejase de la fusta que seguía alcanzando sus nalgas sin piedad. Después de unos cuantos golpes la volvió hacer morder la fusta y regreso al grupo.
 

Eso animo a otros Amos a hacer lo mismo y por un rato aquel cuerpecito delicado se convirtió en el centro de la fiesta.

Una vez más admire profundamente a mi Amo cuando ignoro la escena y ni siquiera se acercó. Me sentí la mujer más atractiva del mundo y entendí una vez más porqué soy suya.

Luego su Amo la soltó la llevo al grupo y se fueron a otro rincón de la fiesta. No sé lo que ocurrió, mi Amo me vendo los ojos y yo estaba ya en otra.

Coincidimos al terminar la fiesta. Se estaba poniendo un abrigo impresionante de piel sobre su cuerpo desnudo. No sonreía ni buscaba, nuestras miradas de complicidad. En su maquillaje rastros inequívocos del llanto. Desapareció por el pasillo dentro del grupo de su Amo que seguía sin mostrar ternura alguna.
 

Pensé que era ya un zombi, una muñeca rota que no volvería nunca al mundo de inocente de la vainilla. La oscuridad había definitivamente entrado en ella y yo conocía muy bien esa sensación
 

 


 

3 comentarios:

  1. Las putitas como tu cuanto antes empecéis mejor.

    ResponderEliminar
  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  3. Y es una pena que tarados como tú no se mueran pronto, sería genial que se cumplieran ambas cosas, verdad?

    ResponderEliminar