lunes, 5 de mayo de 2014

Londres: capital del mundo, capital del BDSM



This is BDSM
 
 

Siempre he pensado que Londres es la capital del mundo. Me encanta esa vocación de ciudad internacional donde se mezclan como en ninguna otra las culturas Británica, europeas (no considero la Británica dentro de las europeas) , asiáticas y africanas. Londres combina también lo clásico con las tendencias más modernas. La Tate Modern o la galleria Saatchi  muestran las últimas propuestas artísticas que encajan perfectamente con las colecciones y muestras temporales del British Museum  o de la National Gallery.
 
Se pueden hacer compras en los lugares exclusivos de Mayfair o en los mercadillos bohemios de Camden. El paisaje humano en la calle y en los restaurantes es multiétnico y las maquinas de venta de billetes del metro hablan desde Inglés hasta Urdu. En las calles se cruzan Rolls-Royce y rickshaws, minifaldas y niqabs



El mundo londinense del BDSM es un reflejo de la ciudad. Fiestas montadas por organizaciones internacionales celebradas en discretas casas victorianas alejadas del centro y escondidas de las miradas de vecinos curiosos o locales duros de los suburbios industriales.
 
Habíamos quedado para cenar con un grupo de asistentes a una de las primeras. Los anfitriones nos citaron a las 8 p.m. en el restaurante Hakkassan de Mayfair. Una fantástica elección, no solo por la excelente comida, sino también por la preparación del ambiente. Escaleras hacia un sótano donde se descubre un sorprendente restaurante, oscuro con tenue iluminación en las mesas, reservados separados por estructuras que simulan biombos chinos, música lounge, se percibe la presencia de mucha gente pero no se la ve claramente hasta que no pasa un cierto rato y los ojos se acostumbran a la luz.



Como siempre tuve problemas para seleccionar qué ponerme. ¿Cómo sería el ambiente? ¿Duro o sofisticado?
 
Opte por una solución intermedia, mini de cuero con chaqueta tipo smoking y escote que resaltase mi collar. Interior de Agent Provocateur, me había dado tiempo a pasar por su magnífica tienda del Soho.

Zapato de tacón extremo y pulsera de Alexander McQueen, when in Rome…..



Cena animada de 10 parejas y el organizador. Nos explica que luego en la fiesta habrá unas 50 personas. No se admite gente sola. Durante la cena miradas bajas de sumisas y sumisos y descaradas de los Dominantes evaluando “mercancía”.
La excitación de los momentos previos da lugar al miedo y me pego a mi Amo que me pide intervenir en la conversación, lo hago algo nerviosa pero noto que poco a poco me relajo.

La fiesta es un espejo de la ciudad en la que se produce. Multiétnica. Europeos, americanos, asiáticos, árabes con sumisas rusas y por supuestos los patrones de casa, los inventores de la disciplina inglesa.
 

 Una casa grande con tres pisos, el de abajo con un par de salones grandes donde la gente charla, exhibe o simplemente observa. En el piso de arriba dos mazmorras grandes y full equiped. En el tercero habitaciones. El ambiente es oscuro y silencioso, con suave música clásica de fondo.
 
This is BDSM. Nada de miramientos ni ñoñerías. Unos han venido a usar y otros a ser usados y no hay más. Por supuesto existe un exquisito respeto a la propiedad ajena pero los intercambios o los juegos en grupo son una práctica común.


Los Amos desnudan enseguida a sus sumisas y las pasean orgullosamente entre los asistentes. No importa el físico, hay de todo y la belleza tiene mil formas, aunque en general los cuerpos están muy cuidados.

La noche avanza y las charlas disminuyen, las parejas y grupos van subiendo al segundo piso. Levanto la cabeza y decido tomar una actitud un tanto desafiante. Echo los hombros hacia a detrás para realzar el pecho, hace algo de frio y tengo marcadísimos los pezones. Los tacones me alzan por encima de la media. Me siento bien, excitada, asustada, nerviosa.
Mi Amo me mete un condòn en cada liga de las medias, no pregunto aunque me muero por hacerlo. Me coge la mano y me dice “vamos”.

Le sigo orgullosa escaleras arriba temblando un poco….será el frio.