Soy la puta seis.
Tenía mucho
miedo de ir a ese centro de
entrenamiento de sumisas, había oído muchas cosas y la única sumisa que había
conocido que había sido entrenada en un centro así era absolutamente hermética.
Si, estaba aterrada pero sabía que mi Amo quería que fuese y no pensaba
decepcionarle de ninguna manera.
Cuando
pienso en los días en ese lugar la primera sensación que tengo es la de la
indefensión que produce la desnudez permanente. Desde que a la llegada, después
de una larga entrevista inicial, me ordenaron desnudarme, no volví a utilizar
ninguna ropa hasta el día de la salida, a excepción de los zapatos de tacón que
debía ponerme para las cenas y “eventos nocturnos” y un collar con el número
asignado. Mi collar original quedo con mi ropa y el resto de mis pertenencias a
la entrada, ryna desapareció para convertirse en “slut six”
Me venían a
buscar al hotel donde me alojaba en Budapest. La noche anterior casi no dormí y
me entraron las dudas sobre mi capacidad
de aguante. La imaginación juega terribles pasadas y siempre imaginas cosas que
a lo mejor nunca llegan a suceder. En la van que me recogió venían ya otras
mujeres que supuse que eran también sumisas, distintas edades, distintas
nacionalidades. Saludé pero no hablamos durante el camino.
La primera
sorpresa fue el lugar, una encantadora granja a las afueras de Budapest en un
paisaje de campo idílico. La segunda fue el trato amable de la llegada y la
habitación asignada. Nada de mazmorras y jaulas. Más bien un tranquilo y
elegante hotelito de campo.
Me llaman
para la entrevista inicial. Son dos hombres comienza con preguntas muy
generales y entre cada vez más en lo intimo.
¿Qué es para
ti la sumisión?
¿Estás hecha
para servir a un hombre?
¿Sabes
utilizar bien tu cuerpo para dar placer? ¿ te consideras una buena puta?
¿Te excita
esto?
¿ Qué
consideras que debes mejorar como sumisa?
Cada vez me
cuesta más responder, se dan cuenta y aumentan el nivel. Me cuesta realmente
enfrentarme a esas preguntas, no por ellos, sino por mi. Muchas de ellas son
las que llevo tiempo haciéndome y se
resumen en ¿ por qué soy sumisa?
Me ordenan
desnudarme y continúa la entrevista. El aire acondicionado está muy fuerte,
tengo frio, me empiezo a encontrar muy incómoda. Me doy cuenta que mi actitud
va cambiando. Empecé casi en un tu a tu, ahora ya no es así, noto su poder y me
siento indefensa, creo que es lo que buscaban.
Antes de
volver a mi cuarto me explican las reglas y la principal es que hay una palabra
de seguridad, puedo decirla en cualquier momento y el entrenamiento se acabara.
La palabra implica el fin de la actividad que se esté realizando pero también
la expulsión inmediata del centro.
Me preguntan
mi nombre y me cae una buena bofetada cuando respondo ryna
“slut six, bitch”
“ sorry Sir”
Ya en mi cuarto
veo el collar. Un simple collar de perro con una pequeña placa donde aparece el
numero 6.
La semana
fue intensa. El entrenamiento mezcla sesiones colectivas con una psicóloga para
entender, aceptar y mejorar la condición sumisa con mini-cursos en aquellos
aspectos que se supone debe conocer una sumisa, como protocolo BDSM, códigos de
comportamiento y vestimenta, masaje, lap-dancing o sexo tántrico.
En un
edificio algo alejado del principal y que parecía un antiguo granero están las
mazmorras. En ellas se realiza principalmente la parte dura del entrenamiento
muy orientada al aspecto psicológico, combinando humillación, miedo y dolor.
Una semana
después de la llegada volvía a sentir el tacto cálido de un vestido sobre mi
piel. Es increíble lo que se puede apreciar algo cotidiano cuando no lo tienes.
Me sentía contenta de haber superado la prueba pero enormemente cansada tanto
física como mentalmente. Necesitaba dormir sin el temor a ser despertada a
media noche.
Era como si
me hubiesen abierto esa puerta que no me atrevía nunca a abrir y que de pronto
hubiese conocido otra cara mía que no había aceptado totalmente.
La sumisión es mi
naturaleza.
Incluso en los momentos más difíciles de la semana había reconocido a aquellos
desconocidos sus derechos sobre mí.
Me pregunto
si esa semana habrá cambiado mi vida, si seré otra a partir de ahora.
Mi Amo ha
preferido que estemos unos días sin vernos para que asimile la experiencia,
espero que sea pronto nuestro encuentro y poderle demostrar que hizo bien en
enviarme allí y que soy más suya que
nunca.
ryna, profundiza en tus sensaciones,en tus sentimientos, en tus miedos. Quiero que revivas en tu mente y en tu cuerpo lo que ocurrió, da detalles. Desnuda tu mente como has tenido desnudo tu cuerpo. Se de nuevo esa magnifica puta numero 6 y escríbelo aquí
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