Mi sentimiento
durante esos días era una mezcla de enfado, abandono, miedo y humillación.
Enfado contigo, por haberme enviado allí, no
entendía por qué lo hacías, ¿me estabas castigando? ¿era una prueba? ¿debía
aprender algo que tu no sabias o no podías enseñarme?.
Pero sobre
todo estaba enfadada conmigo misma. De nuevo aceptando ir mas lejos, siguiendo
tus excesos, sin tener casi pensar lo que yo deseaba, siéndome, una vez mas,
infiel.
Y allí estaba,
sola en el hotel de Budapest esperando que vinieran a buscarme.
Abandonada. Pusiste un post en face ¿es verano
que hacemos con la perra?, y así me sentía como tu perra abandonada. Después de
unos magníficos días juntos, donde me sentí valorada y mimada, el escenario
cambiaba y me dejabas en la calle, o peor.
Miedo a lo desconocido, al dolor, a la humillación.
Miedo a ser la siguiente, a las noches y sus ruidos. Miedo, si miedo.
Humillación por mi desnudez permanente y mi
cuerpo usado, por las respuestas en los interrogatorios, por las lágrimas que no pude
contener, por decir “yes Sir”, “sorry Sir” y sentir que esas palabras salían
con sinceridad de mi alma sumisa
Estos han
sido mis sentimientos en esos días de entrenamiento.
Lo mejor
eran las sesiones de grupo con la psicóloga, oír las historias de otras sumisas,
lo que pensaban y cómo habían llegado a este loco mundo del BDSM. Oyendo esas
historias me sentía una chica normal entre otras chicas también normales. Empezaba a entender el motivo de estar allí
y era sobre todo conocerme a mi misma y así ser mejor para ti.
Mejor ryna. Me gusta tu estilo de dejar al lector intuir e imaginar pero este blog no es un ejercicio de literatura, sino de reflexión interna, psicología y sobre todo sumisión. Exponte a los lectores y da detalles, describe.
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